miércoles, 26 de noviembre de 2008

CONTEXTO POLÌTICO Y ECONOMICO ENTRE 1930 Y 1940

APENDICE




La industrialización moderna Argentina, después de su primer período de auge durante los años de la Primera Guerra mundial, tomo impulso decididamente desde 1930.
Herederos del golpe militar que en 1930 derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen, entre 1932 y 1934 los gobiernos surgidos de elecciones fraudulentas defendieron celosamente los intereses de los grandes exportadores de carne vacuna. Estos intereses se habían visto afectados por la brusca ruptura, provocada por la crisis económica mundial desatada en 1929, del sistema hasta ahora vigente del comercio internacional. A una caída vertical de los precios de productos primarios en el mercado mundial se sumaron la restricción del crédito internacional y la reversión de Gran Bretaña desde la laissez faire y el cambio libre a la dirección estatal de la economía y el proteccionismo: el Imperio Británico se reconcentraba sobre si mismo. A esto se agregó finalmente, la paulatina reducción de los saldos industriales exportables desde las economías centrales, como consecuencia de los preparativos bélicos que caracterizaron la segunda mitad de la década de 1930. Combinados estos cambios en la historia económica mundial llevaron a los gobiernos argentinos de la época a instaurar un sistema de regulación estatal de la economía, que funciono como mecanismo proteccionista de hecho. El subproducto no previsto fue una industria sustitutiva de importaciones. Epifenómeno de una economía agro exportadora en crisis, entre 1930 y 1945 la industrialización careció de capacidad estructural para modificar las tendencias localizacionales profundas de la actividad económica argentina. Quedó prisionera de la antigua distribución espacial de los mercados de consumo y mano de obra.

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