miércoles, 26 de noviembre de 2008

MONOGRAFIA MIGRACIONES INTERNAS Y CAMBIO EN LA VIDA COTIDIANA (1930 – 1940)

INTRODUCCIÓN


En el siguiente trabajo escribiremos sobre las migraciones internas en la Argentina comprendidas entre los años 1930 y 1940, tomando como foco principal los cambios en la vida cotidiana de la sociedad en relación con los procesos de industrialización y urbanización puestos en marcha.
Entendiendo como migraciones internas al movimiento que realizado por un gran volumen de población dentro del territorio de un país, en un intervalo de tiempo determinado, desde una región geográfica a otra, teniendo carácter definitivo su nueva residencia.
Tema que fue designado y delimitado por los profesores Mónica Silva y Eduardo Giusto a cargo del Área de Ciencias Sociales II del Instituto de Formación Docente Continúa en EGB 1 y 2, sito en la ciudad de Luis Beltrán. Con el propósito de que las alumnas autoras de este escrito, investiguen recopilando información de distintos autores, logrando interiorizarse sobre el tema antes citado para luego poder planificar clases sobre él.
Las autoras tomaremos como idea guía para la organización del escrito una frase del destacado historiador y periodista FÉLIX LUNA:

“En la historia, como en la vida misma, las cosas ocurren con cierta simultaneidad y, para describirlas, debe tomarse en cuenta que un tema político ocurre al mismo tiempo que un proceso económico y que un hecho cultural […]. En este sentido, conviene trazar un marco histórico que permita entender qué pasaba […].”

A tal efecto, consignaron la contextualización política-económica de esta década como apéndice.


MIGRACIONES INTERNAS EN LA ARGENTINA (1930 – 1940)


En 1930 comenzó una etapa de cambios demográficos en la sociedad argentina. Se produjeron importantes migraciones internas, del campo a la ciudad y de una provincia a otra.
Este proceso de urbanización fue desencadenado por varias causas. Entre ellas la disminución de la ocupación en el sector agropecuario, ocasionada por la Crisis de 1929 que produjo el cierre de los mercados internacionales, disminuyendo las exportaciones, y los precios de la materia prima.
Otra, el gran atractivo que ejercían las ciudades grandes, en primer lugar la Ciudad de Buenos Aires y en menor medida las ciudades de Rosario, Córdoba y Santa Fe. Estas ofrecían una gran oportunidad de ocupación, originada por la demanda de mano de obra de la creciente actividad industrial. Que encontraba su mayor estimulo en la disminución del ingreso de productos industriales e insumos y en el incipiente modelo económico de nuestro país el ISI (industrialización por sustitución de las importaciones).




CAMBIOS EN LA SOCIEDAD



Esta ola migratoria interna se distinguió étnica, cultural y productivamente de los inmigrantes europeos, residentes de estas ciudades, lo que provoco un choque cultural y político. Surgiendo en ese momento la denominación despectiva y racista de “cabecita negra” para denominar a los nuevos migrantes, haciendo énfasis en los componentes étnicos de la población altamente mestizada, con antepasados indígenas, españoles coloniales y afro argentinos.
La gran ola tuvo un alto porcentaje de mujeres provocando un cambio significativo en la composición sexual de la población urbana, lo que deja evidenciado que Buenos Aires ya no era solo lugar de hombres. Fenómeno que tuvo un gran impacto cultural y político.
Con la capacidad agota de crecimiento poblacional las ciudades crecieron y se expandieron hacia la periferia, surgieron nuevos barrios. Que se convirtieron en el lugar de arraigo para los vecinos, donde “la esquina”, “el café”, “el club de futbol” entre otros eran los lugares de encuentro y salida. Aunque la salida al centro, se transformo en un modo de uso del tiempo libre, para ir al cine, al teatro o a cenar.
Se abrieron centenares de salas de cine-teatro en todo el país, haciendo al cine una atracción de masas. Como el futbol, que desde 1931 ingreso en su etapa profesional, apasionando a multitudes.
Otro gran cambio en este periodo fue el aumento de la tasa de alfabetización que rondo en un 88% en todo el país. Este crecimiento se relacionó con el desarrollo del empleo público y administrativo del comercio y de otros oficios que demandaban individuos que conocieran los principios de la lectura y escritura. Aunque no se puede dejar de mencionar el gran porcentaje de analfabetismo subsistente en las zonas mas pobres del interior del país.
Esto paralelamente provoco que diarios y revistas lograran muy buenas tiradas ya que la afición por la lectura iba en aumento.
En conjunto con la escuela publica y privada, surgieron universidades populares, academias e institutos de arte y oficios que contemplaban la educación formal. Donde formaban a los individuos para conseguir algunos de los empleos más importantes de la sociedad.
Todas estas actividades incentivaban aun mas el hábito de la lectura, posibilitando el progreso de editoriales como EMECÉ, LOSADA y SUDAMERICANA, que abastecían a los sectores más cultos de la población.
La radio tuvo gran relevancia y adquirió un gran desarrollo en este tiempo. La población del interior podría vincularse con la gran urbe porteña.
Comenzó a modelar conductas y actitudes en forma más efectiva que los diarios con la emisión de publicidades, noticias y radionovelas. También permitía pasar el tiempo libre en familia alrededor de la radio escuchando jazz o tango.
Sin duda, el tango fue una de las manifestaciones de la cultura popular que mejor expresó los sentimientos de desesperanza característicos de una época sentida por muchos hombres y mujeres como la más difíciles y sentidas de nuestra historia. En principio se trato de una música que sólo se bailaba, característica de los barrios más populares de la ciudad de Buenos Aires. Poco después, el tango dejo de ser exclusivo de estos barrios para ser aceptado en los círculos más acomodados, que en principio, lo rechazaban por considerarlo una danza obscena. Recibió los aportes de músicos de conservatorio convirtiéndose en música mas refinada, con mayor riqueza armónica. Comenzando el tango a ser una expresión artística que conjuga la cultura popular con la de las elites.
Otro gran cambio fue la composición de la clase obrera argentina. Los recién llegados tenían escasa o ninguna experiencia gremial lo que los diferenciaba con los viejos obreros, en su mayoría europeos, que participaban de la actividad industrial desde principios de siglo, teniendo experiencia en organizaciones gremiales y participación política. Lo que, en conjunto con la falta de una política laboral pusieron serios obstáculos a la integración social de los nuevos obreros.
La mancha del fraude excedió los limites de la política, como reflejo de se gigantesco crimen realizado contra la democracia, en esta época, también se incremento de manera notable en las grandes urbes la criminalidad. No solo la delincuencia individual, sino que tuvieron gran auge las organizaciones al estilo mafia italiana. Que algunos dirigentes utilizaban para controlar sus negocios clandestinos como para manejar los actos comiciales fraudulentos. Estas organizaciones tenían su mayor negocio en los secuestros extorsivos, la prostitución y el juego clandestino.




CONCLUSIÓN


Si bien esta fue una época de fraude electoral, que dio inicio a la criminalidad en sus mayores exponentes, se puede decir que en esta época una vez superados los años de crisis, los cambios que se evidenciaron dentro de vida cotidiana de sociedad fueron en su mayoría con signo positivo, las mejoras en el nivel de alfabetización dando impulso a la lectura y posibilitando los ascensos en los estratos de la sociedad. El desarrollo de medios de información como la radio, que posibilitaban a los pueblos del interior mantenerse informados sobre los sucesos de las grandes urbes.




BIBLIOGRAFIA

• Breve Historia de los argentinos – Félix Luna – Ed Planeta
• Geografía Argentina – Rodolfo Bertoncello y Patricia Ana García – Ed. Santillana
• H 2 Historia Argentina y Latinoamericana (1900-2005) – Fernando Devoto, Eduardo Míguez, Leandro Losada, Hernan Otero y otros. – Ed. Tinta Fresca
• Historia – La Argentina Contemporánea (1852-1999) – M. E. Alonso y E. C. Vázquez – Ed. Aique Polimodal
• Nueva Historia Argentina – Mirta Zaida Lobato y Juan Suriano – Atlas Histórico – Ed. Sudamericana

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